La Kindermancia y yo

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Os voy a contar lo que es la Kindermancia basándome en hechos reales, aunque Gina lo explicó hace un año y pico, lo que me pareció divertido y me animó a usar esta técnica de adivinación del futuro. Tiene su encanto.

Para empezar: no creo en el horóscopo, ni en el tarot, ni en los milagros (bueno, vale, hoy ha ocurrido uno), ni en Dios… Ni en mí. No creo en mí misma cuando me enfrento a una situación difícil. O al menos me cuesta mucho  muchísimo y necesito que me digan mil veces que yo puedo para conseguir un poco de confianza. En cuanto a situaciones de inquietud, me refiero. Soy bastante pesimista, pero a la vez muy echada para delante. Sé defenderme delante de quien sea pero admito que en exámenes en cuanto tengo alguna dificultad, me vengo abajo pensando que no lo voy a superar o al menos no con la nota que quiero.

Entonces, para esos momentos de incertidumbre cuando no sé qué va a pasar en un futuro no muy lejano, aparece la Kindermancia. En eso sí creo, já. Dos situaciones me lo han demostrado. Unos lo llaman casualidad y otros dicen que estoy loca. De hecho cuando lo conté en clase me miraron con mala cara diciendo que vaya cosa más absurda. Sé que no hay nada científico que lo demuestre, pero tiene su magia creer en ello. Es más bonito que echar una moneda y ver si cae cara o cruz.

Los pasos para utilizarlo son los siguientes (Gina los cuenta en otro orden, pero la clave está en hacer la pregunta antes de abrir la sorpresa):

  1. Elegir un huevo kinder de un amplio mostrador. De los tantos que hay, algo tendrá ese uno que te ha hecho cogerlo. Aunque haya sido el que más a mano estaba.
  2. Comértelo y disfrutar del riquisísimo chocolate Kinder.
  3. Hacer una pregunta tipo ¿aprobaré el examen de…? ¿me va a ir bien con…?
  4. Abrir la sorpresa y deducir la respuesta.

Ahora os cuento qué ha hecho la Kindermancia conmigo. En mayo de 2012 pregunté si me iban a ir bien los exámenes y si con ello aprobaría selectividad. La respuesta fue una moto con Piolín montado en ella. Mi interpretación fue que iba a ir sobre ruedas. Aprobé 2º, aprobé selectividad y ahora estoy disfrutando de mi maravillosa carrera de Publicidad.

Hace un dos meses pregunté ¿aprobaré el teórico a la primera? El primer huevo lo cogió mi madre y la respuesta fue un espirógrafo por lo que no pude sacar ninguna conclusión porque era bastante dudoso. No hacía muchos tests y no me lo estaba tomando en serio. La respuesta no la sabía ni la Kindermancia. Hace quince días pregunté de nuevo lo mismo y la respuesta fue un coche amarillo y negro. Deduje que era un aprobado ;P

Hoy he tenido el teórico. He dormido con el coche en la mesilla. Me he llevado el coche en un bolsillo. Estaba atacada y este fin de semana mientras suspendía la mayoría de los tests contemplaba el coche mientras pensaba «venga, que la Kindermancia tiene que tener razón, ya la tuvo una vez».  ¿Qué ha pasado? He aprobado el teórico. Con 3 señores fallos, pero es un APTO en toda regla.

¿Suerte? ¿Casualidad? No lo sé, pero yo me fío de la Kindermancia. Si os parece una tontería, a mí me hace gracia y me lo creo, cada uno con sus manías. Otros dicen que pasar la sal de mano en mano trae mala suerte, los gatos negros o pasar por debajo de una escalera… ¿Y cuántos de vosotros pedís deseos con las estrellas fugaces? Más de uno y más de dos seguro 😉

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