Cómo sobrevivir a 2º de bachillerato: semanas 20-26

Un mes sin contaros nada del curso. Tampoco hay mucha novedad.

Oficialmente acabo exámenes el 18 de mayo. Me gradúo el 21. En una semana y media empiezo con la 3ª evaluación, limpia, no me quedó nada de la 2ª y en cuanto se pasen esos tres días en los que nos harán un simulacro de PAU, no quedará nada para preparar los globales y subidas de nota. Además de aprobar todo, tengo que mejorar mi media. Que estrés. Este curso no es sano.

Todo va bien, exceptuando historia, como siempre. Esta asignatura me trae por la calle de la amargura. Los parciales de esta evaluación han sido desastrosos. A ver si consigo levantar la nota en el examen de este lunes 16 y ya me olvido de estudiar historia para siempre. Con suerte, ese será el último examen que haga de esta odiosa materia. Luego podré centrarme al 100% en filosofía, llegando por fin a Ortega y Gasset, que tengo muchas ganas de aprenderme su pensamiento porque me han dicho que me va a gustar.

Cuando prepare PAU, me voy a someter a una desintoxicación temporal de iPhone. Espero no morir en el intento.

P.D: a ver si todo sale bien y os puedo contar más adelante con detalle dónde quiero estar el año que viene. Universitariamente hablando. Universitaria ¿yo? Eso es de mayores, no puedo haber crecido tan rápido.

Deseadme suerte. Se acerca lo peor.

Sin límite

El verdadero amor no se atenúa, se hace más fuerte. Con esa fuerza el uno muere por el bienestar del otro. Si esto es así en los dos, ambos son felices y no necesitan nada más que a su compañero, ya que uno cuida del otro por encima de todo y se transmiten esa alegría de vivir JUNTOS . Ahí entonces es cuando se alcanza el amor de verdad, cuando no importa nada más que compartir la misma felicidad siendo ellos mismos los que se provoquen esta sensación.

Reflexiones conjuntas

No te veo, amor

Iba por una calle de Madrid y de repente, los vi. Una feliz pareja paseaba tranquilamente por la acera. Andaban pausadamente, como si la vida transcurriese a una velocidad más lenta para ellos a pesar de estar en medio de una bulliciosa ciudad. El tiempo se había tranquilizado únicamente para ellos dos.

Iban de la mano, se sentían y se transmitían cariño. Se pararon y se dieron un beso corto. Se notaba en ellos que les inundaba un sentimiento de amor y que se necesitaban el uno al otro.

Tenían algo en especial, algo que al verles, me hizo pensar en lo que es el amor. Si a las mujeres se las enamora con palabras y a los hombres se les enamora con lo visual, estoy segura de ese hombre se enamoró por algo más que por lo visual. Es muy posible que esa mujer tuviera algo más bonito que su aspecto físico. Seguro que era muy bella por dentro y tenía un carácter muy fuerte y valiente. Sobre todo valiente para estar con una persona y depositar toda su confianza en ella cuando no la ha visto nunca.

Pasaron a mi lado y rápidamente me aparté para dejarles pasar. No sabemos dónde se conocieron, ni cómo llegaron hasta allí, pero estaban juntos y eran felices. Mientras caminaba por la calle detrás de ellos reflexioné en lo bonito que debía ser su amor. Eran una pareja de ciegos.

Posiblemente no se hayan visto desde que están juntos, pero les ha bastado el sentido del tacto para tocarse, sentir y saber cómo son. Han podido enamorarse a ciegas. Palpando cada rincón de su cuerpo para conocerse.

Y es que dicen que el cerebro tiene neuronas que nos ayudan a hallar los labios de nuestra pareja en la oscuridad. Será verdad.