«Los buenos ratos, el sol de enero…»

El brazo está caliente, la ropa negra hace que el calor penetre por ella haciendo que éste sea más intenso y marcado. El sol siempre haciendo de las suyas.

Hoy no hacía excesivo calor, más bien mucho frío, un día nublado y con aire que viene congelado del alto de los Alpes. Nada acogedor, pocas ganas de ir por la calle, con el abrigo bien cerrado, sin botones que hagan que entre ese aire que te congela la espalda cuando te toca, con la bufanda bien sujeta al cuello para mantenerla a la temperatura corporal estable. Guantes por si llevas las manos fuera de los bolsillos, si no es así las que llevas guardadas sin sacar de ahí. A no ser que tengas que hacer una foto, o dos. De esos momentos que tienes que capturar y da igual que haga frío, que nieve, esté cayendo la del tigre o truene.

Ahi estás ese mismo día sentado y recibiendo un agradable calor en tu piel. Porque por la ventanilla del avión entra ese sol tan acogedor que siempre será bien recibido. Sobre todo si fuera hace frío. Cuando el día es gris y parece que el sol no está en ningún lado, volando hasta arriba ves que sí está. Y calienta.

En medio del mar muerto de nubes que nunca tiene mareas altas o bajas. De las que dan ganas de echar a correr por encima de ellas y comértelas a bocados si te caes de morros contra ellas.

Y sí, los aviones inspiran.

 

Meme 50

¿Quien dijo que los memes estaban muertos? Pues aquí va uno:
  1. Odio hacer la cama
  2. Soy de ciencias pero metida a la fuerza en letras para huir de las matemáticas. Además, de naturales.
  3. Me gustan más los chistes cortos y malos que los largos buenos.
  4. Es por esto por lo que pillo antes los malos malísimos y por lo tanto me río la primera contagiándole la risa a los demás.
  5. Los días de clase por las tardes tengo hambre y los fines de semana no.
  6. Debe ser porque me acostumbro a que los fines de semana suelo estar entretenida por las tardes y se me olvidan las ganas de comer.
  7. Me distraigo con una mosca. Es un topicazo, pero cuando veo una o la persigo con el matamoscas o me quedo mirando a dónde va.
  8. Odio los bichos, sobre todo los voladores y los que tienen muchas patas. Los que no tienen patas tambien. No dejan de ser bichos.
  9. No soy capaz de estar centrada en algo más de media hora.
  10. Me gusta cocinar pero nunca lo hago a no ser que sea por algún motivo especial.
  11. No tengo originalidad a la hora de dibujar cosas. O pinto flores con pétalos, corazones, caritas sonrientes o estrellas. Poco más.
  12. Si ves un papel en sucio con una estrella dibujada es evidente que era mío. Además con estrellas que se dibujan sin levantar el lápiz ni una sola vez de la hoja.
  13. Me pico con facilidad.
  14. Me cabrean cabreo otras tantas veces.
  15. Soy orgullosa pero al final siempre me lo acabo comiendo. Con patatas.
  16. No sé si os sorprenderá alguno de los puntos anteriores que he escrito. Vamos a por el número 17.
  17. Este año cumplo 17. Muchos harán la bromita de que me quedará un año para poder ir a la cárcel.
  18. Creo que hay gente poco original con las bromas. Entre ellos muchas veces me incluyo.
  19. Mi primera película en el cine fue La Sirenita.
  20. Me dan miedo los perros grandes.
  21. Sin embargo los gatos me obligan a decir moñadas como le digo a un bebé.
  22. Mis olores favoritos son el de la tierra mojada, olor a viejo, olor a mermelada de fresa haciéndose y el suyo.
  23. Cuando me miro las cejas en el espejo tengo la sensación de que aumentan cada segundo que las miro, se hacen más pobladas y gruesas.
  24. Juraría no haber robado nunca nada.
  25. Lo sé, soy así de buenecita, de niña no hacía tampoco esas trastadas.
  26. Creo que no hay nada después de la muerte.
  27. Me gustaría pensar que existe el alma y que dentro de muchos años ella rondará por algún sitio.
  28. No creo en los espíritus, si no, estaríamos rodeados de miles de ellos sin darnos cuenta.
  29. Una de mis sensaciones favoritas es la de un déjà vu.
  30. Este blog es el más personal que he escrito.
  31. Es por eso por lo que no escribo cada día, intento hacerlo cada dos semanas por lo menos.
  32. No puedo tomar ototóxicos. Ibuprofeno y tónica mismamente.
  33. Me encanta tener un historial de conversaciones guardadas. Lástima que las mejores no se guarden. Es la magia del Tuentichat.
  34. Guardo sms de hace un año.
  35. Creo que todavía no morirán los sms. Son útiles entre amigos que no tienen tarifa plana de datos.
  36. Sí, tengo amigos que aún no la tienen.
  37. Hago lo que puedo para que se la pongan porque es mil veces más rentable y hacen que el teléfono sirva para algo más que llamar, mandar mensajes, hacer fotos y escuchar música.
  38. De mayor quiero vivir en un loft.
  39. No soy capaz de dormir sin peso encima. Mínimo, con una sábana fina en verano encima o me siento vacía.
  40. Cuando me olvido de quitar el móvil del silencio, me acabo llevando alguna bronca después.
  41. Tengo una gran dificultad a la hora de tragar pastillas. No sé que voy a hacer cuando sea viejecita.
  42. Me dan miedo las boyas que hay flotando en el mar.
  43. No soporto nadar en sitios muy profundos.
  44. El lunar que tengo encima del labio a la derecha es idéntico al que tiene una tía segunda mía.
  45. Me aburren las pinacotecas.
  46. Sin embargo los museos de ciencia me chiflan (ya he dicho que soy de ciencias)
  47. Hacer una desintoxicación digital sería mi mayor castigo.
  48. No me gustan los piercings. Si acaso un segundo pendiente. Y nada más.
  49. Me dan miedo los hospitales.
  50. Y… Mientras he estado escribiendo esto debería haber estado haciendo otra cosa.

Foto de Rubén Díaz

Sentidos

Tacto, gusto, olfato, oído y vista. Cinco sentidos a los que damos mucha importancia, pero probablemente no todos los consideraríamos esenciales, que vivir sin uno de ellos no sería para tanto, pero ¿cual descartarías?

Tacto, sin poder percibir nada suave, reconocer el calor o el frío de las cosas, sin tener cuidado con lo que pincha o corta, sin notar una caricia o no sentir nada si te tocan.

Gusto sin poder saborear, decir que no te gusta esto o lo otro, comer lo que sea y que no te sepa a nada. Con lo dulce que es el chocolate y no saber nunca a qué sabe. Un sabor es difícil de describir para que se lo imagine otro si no lo comparas con otro sabor distinto, pero si nunca has probado algo no podrás decir a qué sabe. A no ser que lo compares con un olor porque muchas veces algo sabe a lo que huele y es comerse un olor.

El olfato, sin poder a su vez poder tener el sentido del gusto, ya que uno depende del otro. Con lo bien que huele el suavizante de la ropa recién lavada y planchada, que tu madre haga mermelada de fresa y huela toda la casa a piruleta, el olor de cada persona que es lo que lo hace único y que nadie más puede tener.

El oído que es de las cosas más bonitas, la capacidad de poder escucharlo todo. Desde tu canción favorita en un concierto a todo volumen, por la cual llamas a alguien por teléfono cuando suena para que la escuche tambien aunque no esté allí en ese momento, el sonido de cualquier instrumento musical en directo, que es música de verdad, la voz de tu pareja cuando te dice cosas bonitas que se te graban y luego vuelves a escuchar en tu cabeza momentos después, la de tu mejor amiga cuando te ríes con ella, la tus padres cuando hablas con ellos de cualquier problema, que son los primeros en escucharte, tambien los primeros en echarte una bronca que aunque hagas oídos sordos escuchas perfectamente, escuchar las risas que transmiten toda la felicidad… Eso se oye realmente bien, pero un susurro tambien es de las cosas más bonitas que se pueden escuchar, escuchar un te quiero en el momento perfecto.

Y la vista. La que hace que pueda estar escribiendo esto, aunque si hubiese sido ciega de nacimiento lo habría escrito usando otros recursos. La que todos los días hace que veamos lo de siempre, lo nuevo y lo que construye la gran mayoría de los recuerdos que tenemos. La que hace que soñemos con los ojos cerrados sin ver, pero viéndolo todo y mezclando distintas sensaciones juntas. La que gracias a ella puedes ver gestos que transmiten mucho. Una sonrisa traviesa o de felicidad, una mirada fija, de asombro, baja, triste, cómplice, una ceja levantada transmitiendo picardía o extrañeza, un sacar la lengua de forma divertida, echar un beso al aire, agitar los brazos para que te vean desde lejos o decir adiós con la mano.

De todos los sentidos que consideramos imprescindibles hay mucha gente que puede vivir sin uno de ellos, tales como ciegos, sordos, sordomudos… Y hacen vida normal, adaptada para ellos, dicen que no sufren porque siempre han vivido así y no saben que pueden tener la capacidad de ver u oir si nacieron sin poder hacerlo. Lo difícil es cuando naciendo con los cinco, vas perdiendo uno de los sentidos. Ya sea el oído o la vista. Eso es lo difícil, acostumbrarte a vivir sin uno de ellos cuando llevas con él toda la vida.

Yo oigo mal desde que nací, aunque me lo dijeron hace unos años y porque no me daba cuenta de ello. Estaba acostumbrada a no oir bien un susurro cuando jugábamos al teléfono estropeado, pero siempre creía que era culpa del anterior que no vocalizaba bien. Lo único que espero es que no sea progresivo, porque si pudiera elegir entre quedarme sorda o quedarme ciega, igual preferiría ser ciega. O no. No sé. Sería una difícil elección, pero no es algo que se pueda elegir. De todas formas, dicen que cuando pierdes el sentido de la vista, se potencian los demás…