Becaria: experiencia 1

Han sido tres meses de aprendizaje. Tres meses largos si echo la vista atrás y me sitúo a finales de julio recién llegada a Galicia para pasar mis vacaciones de verano. Tres meses cortos si me pongo ahora a pensar en lo rápido que ha pasado el tiempo.

El 22 de julio de 2013 entré por una puerta tipo garaje que tienen en el ático en el edificio Enrique Mariñas, desde donde se ven unas estupendas vistas de La Coruña. Allí llegaba yo sin saber muy bien por quién preguntar, llena de curiosidad, intriga e ilusión por mis primeras prácticas. Pronto apareció quien iba a ser mi tutora de prácticas y empezó a explicarme el funcionamiento del departamento de estrategia. Desde el primer día tuve algo que hacer y fui aprendiendo a analizar el mercado y el consumidor minuciosamente. Como nunca lo había hecho. Se acabaron los ejercicios de clase donde a la hora de hablar del target se clasifica por «mujeres de edad joven». Ahora son mujeres de las que te sabes hasta la talla que usan de pantalón.


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Tengo que reconocer que investigación de mercado no es lo que más me apasiona, es muy tedioso, hay que mirar con lupa lo que estás analizando y tienes que tener mucha, mucha, mucha paciencia y saber buscar en Google muy, muy, muy bien. Leer mil estudios de mercado, empaparte de las secciones de RSC de cada marca, bucear en la historia y trayectoria de esa marca e incluso imaginar los valores y creencias que tienen sus trabajadores, porque no siempre viene esa información en sus páginas corporativas. También tienes que estar al tanto de lo que opinan los consumidores sobre esa marca, consultarlo en sus RRSS o en páginas de opiniones sobre productos. Tras esas largas investigaciones terminé proponiendo estrategias de comunicación para marcas ¿y lo mejor? que gustó. No os imagináis la emoción que es sentir que lo que aportas sirve y que le van a dar uso. Como becaria, te sientes útil y es genial.

Tras estar en estrategia asomé la cabeza por creatividad, me llamaba muchísimo y sabía que ahí también podía aprender, por lo que me dejaron entrar en el equipo unos días. La experiencia fue maravillosa, me encantó. Además de aprender a pensar como copy, aumenté mis conocimientos sobre Photoshop y por primera vez vi que las cosas que estaba haciendo en mi pantalla, ya estaban en la página oficial en la pantalla del programador. Era muy gratificante ver que lo que hacía la becaria servía, era útil y ya tenía aplicación real. Esos días no podía volver a casa más contenta. Daba palmas con las orejas.


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Para concluir mi aprendizaje de tres meses, toqué el departamento de cuentas. En Coruña estuve con una compañera también becaria primeriza como yo y lo pasamos fenomenal ultimando los detalles para una caja que iban a colocar en dos días en un centro comercial. Era una caja para una promoción, en la cual metes la mano  y sacas una bolita que según el color te toca un premio u otro. El problema era que el lugar por el que entraba la mano se veían las bolas, por lo que la gente podía introducir la mano sabiendo a por qué pelota iba. Entonces se nos ocurrió taparlo con unos triángulos de goma eva que recortamos y pegamos con velcro. Fue divertido, volvimos a hacer trabajos manuales como si estuviésemos en la guardería ¿hay departamento de manualidades en alguna agencia?. La misma tarde que colocaron la caja, fui a verla al centro comercial. Me encantaba ver a la gente metiendo la mano por el agujero que habíamos tapado en la agencia, una vez más me sentí útil.

Cuando terminaron las vacaciones volví a Madrid para empezar 2º. A la vez que estudiaba, por las tardes me iba corriendo a la agencia. Allí trabajaba con un cliente que de repente me gusta tanto que lo he añadido a la lista de la compra. Tuve que aprender a ponerme en la piel del departamento de marketing y proponer planes y libros o películas que fuesen de su estilo, para así recomendarlos en su agenda de la web. Aprobaron cositas y en apartados de su web salen propuestas que elegí para ellos, por lo que también me hizo ilusión.


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Sin duda han sido tres meses donde he aprendido mucho, de donde me llevo lo mejor, la experiencia ganada, la gente con la que he tratado y las ganas de seguir haciendo prácticas donde sea en el departamento que sea. Aún no tengo claro en qué especializarme, por lo que quiero seguir probando de todo hasta que encuentre lo que de verdad se me da bien.

Además de eso, tengo que decir que ahora cuando veo trabajos suyos, me llegan mucho más que una campaña de otro cualquiera. Llena de orgullo ver el trabajo de los que han sido tus compañeros durante unos meses y cuando ves el resultado final, hace mucha ilusión y te alegras muchísimo por ellos. Cuando ganan un premio Eficacia y estás en la gala aplaudes con más fuerza que nunca, cuando ves un spot que emociona y te saca una lagrimita… Te das cuenta de lo mucho que te aporta trabajar en equipo en una profesión que amas.

 

 

Últimamente me he estado moviendo para conseguir que me cojan en algún sitio media jornada pero nadie quiere una becaria ansiosa por aprender de 16h a 19:30h. Así que seguiré en busca y captura de alguna empresa que me acoja sin dejar de asistir a clase. Quiero vivir la experiencia de trabajar en una empresa en temporada alta y no en verano cuando la gente se va de vacaciones y te haces un lío porque con lo que cuesta aprenderse los nombres de la gente que te rodea, van y los que conocías se marchan para descansar y los que no conocías archivas sus nombres para luego no ser capaz de recordarlos. Además de que desde septiembre a junio, las empresas de comunicación están echando humo ¡y hay mil cosas que hacer! Ahí quiero estar metida, en el caos profundo.

No os aburro más, seguiré contando las aventuras de una becaria. Gracias BAP&Conde por esta estupenda experiencia.

Diario estival de una publitrastornada

Hola, caracola.

Sí, soy consciente de que llevo mucho muchísimo sin pasar por aquí, pero tengo excusa.

La principal es que estamos en verano y estoy medio de vacaciones. Digo medio porque desde hace un mes estoy de prácticas en la agencia Bap&Conde, en Coruña.

¡Toma ya, prácticas desde mi primer año de carrera! ¿Mola o no mola? Pues claro que mola. Al estar de becaria en el departamento de estrategia, aún no me han filtrado campañas secretas que saldrán en navidad ni campañas secretas del verano que viene, pero bueno, tuve que inventarme campañas y eventos para promocionar una marca gallega. No me voy a hacer autobombo, pero siendo sincera, propuse acciones que ojalá se llevaran a cabo, serían un éxito, de verdad de la buena, lo dice mi instinto femenino.  Seguro que saldrían en los blogs de referencia de publicidad y cosas así. Pero bueno, no me voy a hacer ilusiones, que soy becaria, no directora creativa, bajemos de la nube.

Lo dicho, estoy de prácticas y lo estaré hasta septiembre-octubre (hasta que cumpla 3 meses) aunque esos dos meses será en las oficinas de Madrid en horario de tarde, para compaginarlo con la universidad. De hecho, ahora mismo os escribo desde mi mesa rodeada de papeles de una campaña que alguien se dejó en la mesa de la becaria, rodeada de carpetas rojas a juego con la agencia, un lápiz corporativo que aún no han desaparecido de la mesa (cada día desaparece uno) y mi silla con ruedas comodísima pero un poco alta de más, que no me permite cruzarme de piernas cómodamente (problemas del primer mundo patrocinados por una patilarga publicitaria).

¿Qué más? En julio me escapé una semana a Asturias, no pude pasármelo mejor. Ya había estado en Oviedo, así que nos alojamos en unas casas rurales de un amigo que os recomiendo  obligo a ir si vais a pasar unos días en el reino de la sidra y el bollu preñau. Las casas rurales son Huerta San Benito, están en Campón de Antrialgo, queda al lado de Arriondas. Desde allí estás en coche a media hora de emblemáticos lugares como Lastres, Covadonga, Cangas de Onís, el mirador del Fitu (increíble), Oviedo…  Un lugar ideal para relajarse, disfrutar de la buena gastronomía, de su paisaje. Para mí ¡el norte es mejor que el sur con diferencia!

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Otra noticia de la que debo informar es de que ya soy conductora. APTA para la DGT pero deficiente para mis padres. De conducir con mi adorable diesel incalable (miento, algún día se caló) me senté en un coche de gasolina que tiene 12 años y claro, empezó la aventura. Eso no se mueve igual que un diesel cuando estás en un stop y tienes que reanudar la marcha. Tanto es así que en una cuesta arriba parada, tuve que volver a arrancar y si no lo calé doce veces no lo hice ninguna. Me bajé del coche y volvió conduciendo mi madre. Desde entonces freno con el freno de mano, el truco milagroso que en la autoescuela no te enseñan ni jartos de vino.

Así que aquí estoy, en Coruña jugándome la vida en las carreteras de cabras para ir y volver al trabajo. Ya me sé el camino de memoria pero le he cogido una manía al volante que no lo quiero ni ver, aunque ayer y hoy por fin he tenido días donde me dejarían conducir sola sin jugármela. Si algún día soy millonaria tendré chófer. He dicho. Así que puedo esperar sentada, esa no es mi aspiración en la vida.

Si llego viva a septiembre, seguiré contando las novedades de una publicista-intento de conductora-patilarga, que septiembre ¡va a ser mucho septiembre! Lo veo venir, voy a estar de un lado a otro. Empiezo 2º, sigo de prácticas, entro a formar parte de un nuevo proyecto del que ya os informaré, tengo que disfrutar de un premio que me ha tocado de un día de compras con personal shopper de Coquetéame… Ay. Es una temporada de muchas cosas, ¡pero me encanta!