Cómo Claudia Dans nació, crece y se desarrolla en internet.
Todo empezó un 10 de mayo cuando nací en medio de un eclipse de sol que hubo ese día en torno a las 6 de la tarde. Suena muy mágico, tenía que decirlo.
Desde entonces… No, no voy a hacer una autobiografía porque sería muy aburrido, pero sí voy a escribir aquí cómo empecé en este mundo, aunque alguno que otro conoce mis rastros.
En torno al año 2005 los blogs eran algo que no conocía todo el mundo, eran esa cosa rara que hay que tener un doctorado para saber usarlo. Los blogs eran eso que podían abrir los que con suerte habían conseguido ir a una webería para tener su primera web. Y no. Un blog era tan sencillo de crear como seguir los pasos que te sigue indicando la web donde lo gestionas.
Aún recuerdo un post en el primer blog que tuve donde iba explicando cómo hacerse un blog en La Coctelera. Qué tiempos. Había capturas de pantalla de los pasos y terminaba con un «¡así de sencillo!». Bueno, pues ni con esas la gente se puso las pilas. A eso del 2008-2009, el hecho de tener un blog empezó a estar de moda. Los que lo teníamos de antes empezábamos a ser vintage.
Hoy en día los que tenemos blog somos unos hipsters. Entendamos hipster como esas personas que van de modernas llevando cosas viejas. Porque sí, tener un blog ya es algo viejo. Es algo que hoy en día es casi como tener luz eléctrica en casa.
Por aquel entonces también nació Twitter. Otro que tal baila si lo recordamos en aquellos tiempos. Empecé a usar esta red social cuando éramos CUATRO GATOS. Porque sí, al principio fuimos CUATRO GATOS que contábamos hasta cuando íbamos a ducharnos. En esos tiempos no se podían subir fotos de nuestras fabulosas comidas pasadas por un filtro hipermegaguay de Instagram con cincuenta hashtags. Pero ahí estábamos los cuatro gatos twitteando e intentando convencer a nuestros amigos para que se unieran.
No sé si os pasó a vosotros, pero a mí no me hicieron ni puñetero caso «vaya tostón poner en twitter todo lo que estoy haciendo, para eso que me llamen y así se enteran». Hoy en día las personas que me dijeron eso tienen twitter. Está de moda y son ultramodernos por usarlo ellos y todos sus colegas llamados @tengo-un-mote-que-no-entiendo-ni-yo-porque-no-quedan-users-con-mi-nombre.
Mi historial internetero se basa en tener blog desde el principio de este boom, allá por el 2004. Más tarde hice otro con mi vecina y hablábamos de las tonterías que se le pueden pasar a niñas de 10 años en adelante. Luego me independicé bajo el nombre de Claudix, (coincide con mi user de twitter porque empezó en esos años) en un blog más personal hasta el 2009 más o menos. Por favor. No, no me preguntéis por Instagram (ni cualquier otra RRSS) si os cedo mi nombre. No. Haber llegado antes. Claudix lleva cogido muchos años.
Más tarde quise cerrar esa etapa y pasarme aquí como la etapa «madura», «seria» y reflexiva hasta el día de hoy. Y sí, lo pongo entrecomillado porque de madura aún me quedará, de seria es a ratos y reflexiva sí lo comparto. El dominio de mi blog lo tenía comprado mi padre desde hacía muchos años (es un friki en toda regla, pero le quiero mogollón ¡gracias papá!), así que qué mejor manera de aprovecharlo.
A día de hoy sé que este blog es bastante personal, no tiene una temática fija. Lo que podéis leer aquí es la vida de la adolescente que hace una semana cumplió ya los 19 mezclada con posts de publicidad, ya que es la carrera que estudio y me inspira mucho o recientemente, tecnología. Soy muy criticona, si algo no me gusta y lo encuentro interesante, lo comentaré aquí.
Con este post podéis ver mi evolución. Hoy en día es difícil darte a conocer por tener un blog, a no ser que lo hagas MUY bien, escribas MUY frecuentemente, te sepas mover en Twitter sin ser spam, escribas bien y tengas una temática. Tengo la suerte de que por 2005 a mi edad pocas niñas se habían hecho un blog y empezaban a dejar su rastro en la red. También tengo la suerte de que mi padre hizo el blog antes que yo y mi madre después. Con ello formamos la primera familia blogueada. Moraleja, hay que saber aprovechar cada oportunidad en el momento adecuado, una familia bloggera hoy no es lo mismo que hace 8 años.
Sin duda, mis micro pinitos interneteros no habrían podido ser sin la influencia de ellos que me han enseñado muchísimo y cada día lo siguen haciendo. Los podéis ver en la sección del blog Sobre mí. En un futuro espero seguir haciendo pinitos pero por mí misma 😉 Quiero agradecer a todos los que me leéis por conseguir que esto sea tan positivo y valioso para mí ¡Gracias por leer al otro lado de la pantalla!