El carnet

Llevaba bastante sin pasar por aquí, pero prometo tener excusa. Entre el blog de Clau’s Cupcakes, la sección de Universidad que podéis cotillear en este blog, el teórico que tengo que aprobar, las mil y una prácticas que me mandan semanalmente y el tiempo que me queda que es para dedicárselo a quienes más quiero…

He tenido un break con el blog personal. También influye que no esté inspirada y que no me haya pasado nada emocionante, pero os voy a contar algo. Algo que me tiene de los nervios, básicamente porque soy muy torpe y una negada. Por lo que en este post, notaréis que me estoy riendo de mí misma.

El teórico. Sí. Cuando creía que ya me había peleado suficiente con PAU, aparece el examencito tipo test del coche. «Oh, tipo test, qué guay, si ya te dan la respuesta entre otras dos que están para despistar, está tirado.» MEEEC. NO. No hace ninguna gracia. Encima los petardos de la DGT ponen normas que no cumplen ni ellos, normas que gracias a Dios no todos cumplimos porque si no, habría más accidentes y entorpeceríamos más el tráfico.

Fui a las clases intensivas durante dos semanas y parecía que iba bien, hasta que al final del tema, cuando ya tenía una idea clara, aparece el profesor sonriente con una de sus fatídicas preguntas, mientras piensa «je-je, te voy a pillar». No solo eso, además pone en duda todo lo que respondes, haciéndote un lío más grande que el que traías antes de apuntarte a la autoescuela. Porque todos hemos preguntado en el coche sin saber conducir qué significa esa señal o cómo haces para…

Así que sí amigos, antes de empezar con las clases ya tenía líos y esto ha sido lo que ha surgido durante las clases:

  1. Por ejemplo, al ver en el suelo de la carretera un triángulo blanco sin relleno y creer que era una flecha de dirección y no un ceda el paso.
  2. O el gran misterio del ciclomotor y la motocicleta ¿eh, eh, eh? ¿A que todo son motos y punto? Pues no, existen grandísimas diferencias. Pero cuando tenga el teórico aprobado, van a ser todo MOTOS, me da igual si corren más o si corren menos.
  3. También el semáforo en color amarillo, ese en el que todos apuramos para ir más deprisa así nos ahorramos esa parada en un semáforo por el que no pasa ni Peter con la tropa Goofy. Pues NO. Hay que pararse obligatoriamente, aunque te esté persiguiendo un loco con un hacha para matarte  subido en el coche de atrás.
  4. Resulta que con el permiso B puedes llevar camiones, máquinas agrícolas y con unas horas prácticas hasta una moto (sí, moto, me da igual que haya dos tipos, van a ser motos toda la vida). Para mi asombro, no tenía ni idea de que podía llevar un camión, por lo que pregunté varios días si era verdad. Total, que el profesor me guiñaba el ojo y se refería a mí cuando ponía ejemplos con camiones. Por lo que parece que me gané la imagen de camionera.
  5. Respecto al punto anterior, NO. No quiero ser camionera, por eso estoy harta de tener que memorizar la tara, MMA de cada vehículo, la anchura, el largo, cómo debo señalizar con luces si llevo algo que sobresale de mi querido camión… En fin. Miles de cosas que no me interesan. Por mucho que lo piense el liante del profesor ¡No voy a ser camionera!
  6. El alcohol. Pregunté cuánto puedes beber si vas a conducir, a lo que la respuesta fue NADA. Vale, muy bien. Pero le pregunté «oye ¿si voy a La Vaca Argentina y me quiero comer un chuletón? No me lo voy a tomar con agua, menos con cocacola, a eso le va una copita de vino ¿cuánto es el máximo que podría beber en esa ocasión?» No me quiso responder. Así que la conclusión que he sacado es que si voy a conducir, esa noche no iré a un asador.
  7. Los test. Por si fuera poco, es gracioso ver cómo en las imágenes que aparecen en los test, las señales están pintadas con photoshop. Eso significa que no las veremos tanto, si no, ¡ya se irían a una calle de España a hacer la foto, que anda que no hay!

En fin. No sé cuando llegará el día en el que salga de ese horrible centro de exámenes DGTeros con un cartel verde con ventosa con una L de lerda. Pero por ahora lo veo turbio. Cuando ese día llegue, lo pondré aquí y os contaré cómo rayos lo he conseguido, porque estoy segura de que habrá más de una anécdota.

Clau’s Cupcakes

Si no me veis mucho por aquí, es que ando bloggeando en el nuevo proyecto que os comenté que me mandaron en la universidad, mi propio blog de cupcakes 😀 Sí, sí, ¡¡por fin llegó el día!!

En él cuento en más detalle la parte más azucarada y dulce de lo que me gusta hacer así que espero que lo disfrutéis tanto como yo ¡o incluso más! No solo recetas y recomendaciones o sugerencias, es un lugar para archivar las imagenes más creativas que encuentro por la red relacionadas con este mundo, citas, decoración con ellos, accesorios… Mi dulce cajón de sastre.

Este blog servirá para archivar todo lo relacionado con este mundo. Además, con él me quiero dar a conocer por la zona en la que vivo para poder ofrecer cursos para aprender a decorarlos o incluso venderlos. Podéis visitarlo cada semana en busca de cosas nuevas porque tendrá muchas actualizaciones diarias y semanales.

Gracias por acompañarme durante todo este tiempo por aquí ayudándome a crecer, por conseguir que Clau’s Cupcakes tenga bastantes visitas en muy poco tiempo y por mantener viva la página en Facebook.

Por algo se empieza, este es el primer proyecto de universidad y estoy muy ilusionada. Espero seguir con él cuando termine esta asignatura, no pierdo nada 😉