Finalmente se acabó la primera etapa gorda del curso.
Aprobé TODAS.
Milagrosamente sí, lo conseguí. Pero sé que los tres cinquillos cutres que hay en las notas tengo que sacarlos adelante y convertirlos en un 5 de verdad o un 6. Estas asignaturas aprobadas por los pelos han sido historia (cómo no) latín y griego.
Latín me lo esperaba, pero me esperaba más tenerlo suspenso porque se me da fatal de los fatales y lo odio. Historia más de lo mismo, pero a diferencia de latín, es poner codos. La lengua muerta esta, es práctica y práctica. Como las mates, pero para los de letras. Encima tienes que saber como traducir cualquier texto que te pongan y no es fácil. Y lo que es peor, no sirve para nada. Griego, lo mismo que latín. Lo único que veo útil de estas dos asignaturas son los helenismos, prefijos y sufijos latinos o griegos y la evolución fonética. El resto, lo que es la parte gorda de la asignatura que es traducción son ganas de tocar las narices. Luego está la literatura clásica en ambas asignaturas que bueno, es bonito y eso, cultura general. Pero nada más.
Sinceramente sigo sin entender porqué estudiamos cosas que nos van a servir de poco o nada en un futuro. Espero que cuando sea mayor pueda pensar «ay las subordinadas adverbiales lo bien que me viene ahora haberlas dado y menos mal que sé identificar un complemento regido o predicativo» o «menos mal que me explicaron cómo se traduce el aoristo en griego y los participios concertados en latín». Igual es que en letras puras nos dan asignaturas de relleno para mantenernos entretenidos porque por lo visto para los de ciencias las cosas que usan de matemáticas, dibujo técnico, química, física, biología o CTM les sirve de algo durante la carrera.
Pues, quitando todo lo demás, ¡Felicidades! 🙂
Gracias! 😀