Dicen que los recuerdos que tienes se graban mejor cuando realizas viajes. Momentos, personas, lugares, curiosidades, sabores de una ciudad que hacen que el tiempo que pases en ella sea inolvidable. Estoy segura de que al decir esta frase has elegido el destino de un viaje que hiciste. Esa es la prueba de que lo que vives en un viaje merece ser recordado siempre. Cada vez que despegas, cuando vuelas de vuelta a casa y aterrizas, tu maleta incluye un montón de vivencias que te pertenecen a ti y a la ciudad escogida para vivirlo. Quizás sientas esos nervios llenos de emoción. Que la tripa te haga cosquilleos mientras estás en el avión. Que tengas ganas de vivir más de eso. Que de estos momentos es de lo que está hecha tu vida.
Por eso, para recordar, viaja. Saborea cada plato nuevo. Huélelo todo, desde el café del desayuno, el de especias de tu comida, el del vino nuevo que pruebas, hasta las sábanas limpias cuando te acuestas. Han descubierto que a los enfermos de alzheimer les ayudan a recordar haciéndoles oler esencias de cosas que hayan respirado antes. La música también ayuda a recordar y ha sido usada en estos pacientes. Si puedes escuchar algo especial cuando tengas un ratito sólo para ti durante ese viaje, te invito a hacerlo. Dedícatelo. Porque valdrá la pena que se quede contigo. No sé tú, pero yo tengo recuerdos que quizá habrían pasado desapercibidos si no fuera porque recuerdo la canción que sonaba en ese momento.
Abre los ojos y deja tu corazón dispuesto a sentir, que los cinco sentidos harán que se te quede grabado para siempre.
Que razón tienes Claudia
A seguir volando 🙂