Tirar de la cabina de teléfono durante los minutos que costaba la llamada y que si no echabas una moneda más, te despedías hasta el día siguiente. Estaban los minutos contados y aprovechabas al máximo cada uno que pasaba. Tres minutos por cien pesetas eran en sus tiempos. Creas o no, tres minutos al día llegan para mucho. Uno en el que cuentas tú algo, otro en el que la otra persona responde y el sobrante para decir algunas frases bonitas y despedirte. ¿Ves? Llega.
¿Y ahora qué? Si echas de menos a alguien, puedes llamar y la llamada puede durar más que eso, además sueles tener la suerte de poder hablar por el medio que quieras. Si no es teléfono, sabes que estará conectado en algún sitio, que coincidirás con él y que estará conectado a la misma vez que tú. Igual esa es la dificultad que hay ahora que no había antes. El coincidir conectado con esa otra persona, (si no has quedado con ella para conectarte porque no tiene la suerte de estar conectado siempre).
Pero la distancia no tiene porqué ser una dificultad. Que sí, que vale, que de no verla (un mes, dos, un año, o nunca) pasas el mal rato hasta que la ves, o ni eso. Porque puedes estar colgado con alguien a quien no ves. Se puede y a veces pasa.
y pasa.
mezclado, no agitado
Y ha costado 😛
Está claro que pasa, de heho, más de lo que debería y cierto es que puedes mantener conversaciones desde un lugar del mundo hasta la otra punta, pero una relación sin verse nunca se podrá llevar a cabo tan bien, nunca sabes si la persona que está detrás de ese teléfono o delante de esa pantalla es a la que tu amas, puede ser otra, ¿No? También pasa.
Sí, claro que pasa, pero ¿sabes? hasta ahora pueden darse muchos motivos por el que tengas que conformarte con tres minutos al día.
Yo, en tercero de la eso, estuve con un chico que vivía lejos, a su pueblo no llegaba la línea de internet y no tenía teléfono fijo. Vale, nos quedaba el móvil, ¿no? Pero llegó un momento que me castigaron sin el móvil porque lo único que hacía era hablar y hablar, y no me quedó más remedio que recurrir a la cabina para poder hablar con él.
La distancia siempre es una dificultad. Aunque hables con alguien todos los días y a todas horas, porque siempre que hace algo lo hace sin ti, lo que quiere decir que puede aparecer cualquier otra y…
Que yo siempre lo he defendido, porque sé que ni él me puso los cuernos ni yo se los puse a él, pero créeme que la distancia trae, no solo malos tragos, sino también muchas discusiones. Que cuando quieres a alguien la distancia no importa y es verdad, pero pff, hazme caso que ni con todos los avances del mundo la distancia dejaría de ser un problema… (A no ser que inventen una máquina teletransportadora)
A mí en un par de ocasiones, y con eso es suficiente, solo me ha traido malos tragos… :S Pero quiero creer que las distancias no pueden ser tan malas y que se puede sobrevivir si los dos quieren.